domingo, 26 de junio de 2011

termina el cursillo de natación

Ayer era el último día que íbamos al cursillo de piscina, y me apetece hacer un balance de cómo nos ha ido. Aquí los peques tienen que tener 6 meses cumplidos para empezar, y nosotros casualmente cumplíamos los 6 meses el día que empezaban las matrículas. Para mí era muy importante llevarla a la piscina desde pequeña, no ya para que se convierta en ninguna nadadora de campeonato, sino porque yo aprendí a nadar muy mayor y sigo teniendo respeto al mar, así que quería que ella le perdiera al miedo y fuera capaz de defenderse en el agua.
Desde el primer día de cursillo, la pitufa ha aceptado muy bien el medio acuático, y la monitora nos pronosticaba que haríamos grandes progresos muy rápido. Con el paso de los días, quiso ir haciendo ejercicios que implicaban que ella cogiera a la pitufa y la separara de mis brazos, y al ponerse a llorar como una loca empezó a decir que si estaba muy enmadrada, que a este paso no me la sacaría de encima ni para cuando hiciera la comunión, etc. Yo no entraba en su juego y me limitaba a decirle que bueno, que yo estaba encantada que me tuviera tanto apego (y es que eso de enmadrada tiene connotaciones negativas, y para mí es todo lo contrario). Poco después vino el típico comentario de: Uy, mira como muerde los juguetes, eso es que está con los dientes... y ahí también la dejé en su error, así al menos tenía una excusa inocente para que la dejaran tranquila experimentar con el agua.
Finalmente aceptó que quizá es que las dos éramos "raras" y queríamos simplemente estar a nuestro aire en el agua, y se limitó a indicarme como ayudar a mi hija a que se fuera soltando poco a poco. Sinceramente, aunque al principio tuvo algún comentario fuera de lugar, como decirme que claro, si no la llevaba a la guarde a ver cómo haríamos, que estaba muy consentida... al menos fue una persona capaz de ver que no llegaría a nada por esos derroteros y se acomodó bien en el papel de monitora que sin meterse en nuestras vidas, nos fuera ayudando a que la pitufa se fuera soltando poco a poco, a su ritmo.
Hacia la mitad del cursillo más o menos, se dio cuenta de que si respetábamos sus tiempos, la pitufa demostraba adaptarse muy bien, habida cuenta además de que fue la niña que menos faltó (sólo faltamos 2-3 sábados en todo el curso, mientras que hubo niños que veías sólo 1 vez cada 5 semanas). Ahora al final del cursillo se acabó de soltar del todo y ya va nadando a mi lado. Tendríais que verla, con sus corchos y recorriendo la piscina entera, se lo pasa pipa! Esperemos que la playa también le guste tanto como le ha gustado la piscina, y siempre respetando lo que ella decida en cada momento (me ha salido un poco friolera así que incluso con lycra y todo nos salimos muchas veces antes de la media hora de curso) seguro que todo va bien.

2 comentarios:

  1. Qué linda pecicita tienes!! Seguro que en la playa también irá bien y si el año próximo podéis continuar fijo que recuerda y continúa aprendiendo, además de disfrutar juntas de esos ratos. Por la monitora, pues lo que dices, acaban por darse cuenta de que no vas por ahí y ya está. Besitos acuáticos!

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  2. Gracias Colo! ayer fuimos a la playa, ya eran las 18:00 y se había toldado un poco así que no hubo baño. Al llegar sólo quería estar conmigo, luego aceptó estar sobre la toalla, cogimos el cubo y jugamos con la arena. Después nos fuimos a pasear por la arena mojada, y empezó a correr por todas partes. Al final encontró una poza de agua y estuvo chapoteando un buen rato, y le costó bastante cuando la saqué de allí.
    Pensé que le haría ascos a la teta manchada de arena y con su cara sucia, pero nada! le encantó, y yo que soy tan pudorosa y nunca haría top less pues nada, a sacarla cuando lo requería jiji

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